Cuando a una carta se le aplica Revivir o Retirada, es borrón y cuenta nueva. Quizá os venga bien repasar rápidamente en qué consiste Retirada o cómo afecta a las cartas (como en el caso de Katarina) antes de leer este artículo.
A efectos prácticos, Retirada y Revivir son como pulsar el botón de reinicio. Todos los efectos de estado y las mejoras de una carta desaparecen si se la retira o revive. Al hacer uso de cualquiera de estas palabras clave, estáis creando una nueva versión de la unidad en cuestión.
Veamos esta mecánica en acción. Aquí tenemos una Sacerdotisa solitaria:
Todos los aliados se retiran a vuestra mano en el momento en el que ella entra en juego. Eso quiere decir que todas las mejoras que hayáis aplicado a vuestros aliados desaparecen. En ocasiones, esto puede resultar una faena en términos estratégicos, pero también os puede servir para mantener a salvo vuestras unidades.
Vuestro rival, frustrado por vuestra maniobra de evasión, decide que quiere su propia Sacerdotisa solitaria.
Gracias a los efectos de Posesión en el momento adecuado, vuestro oponente se ha quedado con vuestra Sacerdotisa solitaria. Ahora esa carta está en su poder. Haciendo alarde de su privilegiada mente estratégica, invoca a Cronista de La Ruina tras usar a vuestra Sacerdotisa solitaria como carne de cañón (¡¿cómo osa?!).
Cuando el Cronista de La Ruina revive a un aliado (como ya hemos explicado antes, esta mecánica equivale a invocar una nueva copia de la carta), Sacerdotisa solitaria sigue en manos de vuestro oponente. Resulta frustrante, ¿verdad? Ese es el poder de Revivir y Retirada. Aprended a emplear estas mecánicas para vuestro beneficio antes que el enemigo en las partidas venideras.