Sabemos que no hay nada mejor que el dulce sabor de la victoria, ni nada peor que acabar la jornada con una amarga derrota. Sin embargo, hay ocasiones en las que la balanza no acaba de inclinarse ni a tu favor ni en tu contra, y ahí es cuando se da un empate.
Empecemos por analizar lo que no es un empate.
No te confíes: ese montón de hechizos buenísimos que has reunido con la idea de aplastar a tu rival no te garantizan la victoria. Ya sea porque Fiora ha conseguido cumplir su condición de victoria o porque una ráfaga de hechizos del oponente se activa antes de que tus hechizos rápidos y lentos puedan impedírselo, si un jugador gana por el orden de resolución de jugadas, ha ganado y punto.
¿Cómo se puede acabar en empate?
En lo que respecta a LoR, la verdad es que llegar a un empate es toda una hazaña. Lo normal es acabar viendo con tremendo dolor o gran alegría cómo la vida de uno de los nexos se agota poco a poco. Sin embargo, con determinados hechizos o picardías similares, hay formas de hacer que ambos nexos exploten a la vez.
Vamos a analizar el caso de la pesadilla en miniatura más querida de la comunidad: Teemo y sus boletus. Scarra está a punto de descubrir qué sucede cuando intentas combatir los champiñones con más champiñones.
No es algo común, pero sí, es posible, Scarra. Los empates solo se dan cuando una misma acción reduce a cero la vida de ambos nexos de forma simultánea.
¿Y qué pasa si empatas?
Aunque no resulte tan satisfactorio como una victoria, conseguirás 25 EXP por empatar con tu rival. Al fin y al cabo, el premio de consolación no deja de ser un premio, ¿no?